En el mundo actual impulsado por los datos, proteger la información sensible es más importante que nunca. Con el aumento de las preocupaciones por la privacidad y las regulaciones como el GDPR, las empresas deben implementar técnicas robustas para salvaguardar la privacidad de los individuos mientras permiten un análisis de datos significativo.
Las estrategias de protección de datos son fundamentales, especialmente cuando se trabaja con datos sensibles o de prueba, donde una mala gestión podría generar repercusiones legales y financieras graves.
Este artículo explora cuatro técnicas clave de protección de la privacidad que aseguran la confidencialidad, la integridad y la seguridad de los datos mientras mantienen las capacidades analíticas: Enmascarado y Tokenización de Datos, Adición de Ruido, Privacidad Diferencial y Cálculo Multilateral Seguro (SMC).
1. Enmascarado de datos y tokenización
El enmascarado de datos consiste en ocultar información sensible reemplazandola por valores alterados o ficticios, de modo que los datos originales permanezcan protegidos. La tokenización, una forma más avanzada de enmascarado de datos, reemplaza los datos sensibles por sustitutos no sensibles llamados tokens. Estos tokens no tienen valor por sí mismos, pero están mapeados a los datos originales mediante un sistema seguro. Ambas técnicas son esenciales en escenarios donde los datos reales no pueden ser expuestos, como cuando se realizan pruebas o cuando los datos se comparten entre organizaciones.
Tipos de enmascarado de datos:
- Redacción: Reemplaza partes de los datos con símbolos ocultos. Por ejemplo, "Juan Pérez, Calle Falsa 123" podría convertirse en "Juan Pérez, Calle Falsa XXX".
- Sustitución: Reemplaza los datos sensibles por valores aleatorios. Por ejemplo, los nombres reales de los clientes pueden ser sustituidos por seudónimos.
Ejemplo de tokenización:
Supongamos que el número de tarjeta de crédito de un cliente es "4567-8901-2345-6789". Este podría ser reemplazado por el token "tok_1a2b3c4d5e". El token se almacena en un "bóveda de tokens" segura, y se utiliza en los sistemas en lugar del número real de la tarjeta de crédito. El token no tiene valor real a menos que se mapee de nuevo a los datos originales a través de un sistema seguro.